Una de las enfermedades más comunes que presenta el hombre venezolano mayor de 45 años es la Hiperplasia Prostática Benigna (HPB), que consiste en el crecimiento no maligno o cancerígeno de las glándulas de la próstata, producido a su vez por el aumento relativo de estrógenos sobre la testosterona. Los especialistas afirman que hasta los momentos no tiene cura, pero si existen muchos tratamientos para evitar su progreso.
El Dr. Juan Carlos Troconis, cirujano urólogo del Centro Médico Íntegra afirma que la complicación de esta enfermedad viene dada cuando el crecimiento va comprimiendo progresivamente la uretra y provocando dificultad para orinar, ya que el conducto desde la vejiga se encuentra muy reducido. “Si no se trata a tiempo, el vaciado incompleto de la vejiga podría causar que las bacterias y residuos se acumulen en ella formando cálculos vesicales o infección urinaria; en el peor de los casos el tracto de salida podría bloquearse por completo. Los principales síntomas de este padecimiento son: sensación de irritación, frecuencia de orinar aumentada (sobre todo en horarios nocturnos) urgencia, intermitencia y chorro débil”, explica el especialista.
El estudio de la HPB se realiza por medio del flujo urinario “Uroflujo”, entre otros procedimientos o exámenes. El “Uroflujo” consiste en orinar en un recipiente especial mientras éste arroja resultados gráficos para cuantificar la fuerza del chorro y el tiempo. “En la totalidad de mis pacientes solo un 35% sufre de HPB, el 20% amerita un tratamiento médico y sólo un 15% se encuentra realmente afectado y necesita una intervención. Lo importante es tratarla” expresa el Dr. Troconis.
Existen diferentes tratamientos para la HPB y, aunque todos son efectivos, el más recomendado es la cirugía de Láser Verde. Esta intervención se realiza con un cistoscopio de doble corriente con fibra de láser, que se introduce por la uretra y que por medio de un generador láser de calor de 180 vatios, evapora los tejidos blandos y los convierte en vapor de agua. “Es una intervención quirúrgica sencilla y ambulatoria que le permite al paciente la posibilidad de ser tratado sin sufrir largas consecuencias postoperatorias como el sangrado constante y la hospitalización de 3 o 4 días” agrega el especialista.
Para la realización de esta cirugía es importante haber descartado antes la presencia de cáncer de próstata, no porque existan riesgos, sino no se obtiene tejido para estudio anatomopatolgico. Lo ideal es que esta cirugía se realice una sola vez, sin embargo existen probabilidades de que la próstata vuelva a crecer y el paciente deba solicitar otra operación.
Añade el especialista que la mejor recomendación para los pacientes es no sentir temor a ser evaluado pues “es mejor hacerse un chequeo a tiempo que tener luego que someterse a tratamientos por cáncer o demás patologías prostáticas”.
En cuanto a la prevención, de acuerdo con el Dr. Troconis, existen cinco tips básicos para prevenir enfermedades prostáticas: Acudir al médico una vez al año luego de los 45 años de edad; realizarse chequeos preventivos, indiferentemente de la edad que tenga, si tiene algún familiar directo que sufra de alguna enfermedad de próstata; mantener una buena alimentación: evitar comidas con preservativos y muy condimentados y aumentar la ingesta de vegetales como coliflor, brócoli, tomate y pescados; seguir un tratamiento con vitaminas, zinc y magnesio, y mantener el buen aseo para evitar la propagación de bacterias e infecciones que desencadenen alguna enfermedad.
Sobre Íntegra
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Fuente: Carolina Padilla.
