En un escenario se imponen para cautivar a quienes con pasión se transforman en fieles seguidores de las tonadas sutiles que emiten usando como único instrumento, su voz, para hipnotizar a las masas y juntar las piezas de una agrupación coral.
La historia de esta manifestación musical en Venezuela no está del todo clara. Se presume que data de la década de los años sesenta con iniciativas institucionales, como la Coral de Maraven y el grupo Coral Zulia, precursores del movimiento en esta región.
En la actualidad, la ciudad de Maracaibo cuenta con más de 50 agrupaciones corales, entre institucionales e independientes, las cuales componen sus repertorios con una variedad de estilos y géneros musicales como música sacra, correspondiente a melodías de connotaciones religiosas; tradicional de la nación, música folklórica, como joropo, vals, gaita, Calipso, entre otros; clásica, géneros académicos, sinfónicos y líricos; y comerciales, un estilo que reinterpreta temas de índole contemporáneo (baladas, salsa, merengue, boleros, etc.). Este último, ampliamente desarrollado y nutrido por las diversas agrupaciones que han extendido su popularidad a través de la inclusión en los repertorios de canciones que comprenden estereotipos globales, y de la participación en festivales internacionales.
Una de las agrupaciones corales más antiguas del país es el Orfeón de la Universidad del Zulia (OLUZ). Nace hace 64 años y aún se mantiene. Corresponde a una dependencia institucional que funciona con aproximadamente 30 integrantes, entre obreros, estudiantes, personal administrativo y profesores, pertenecientes a la comunidad universitaria de esta academia.
Receptividad del público
El movimiento coral ha ganado adeptos a través de los años en Venezuela. Pese a que no es una manifestación artística de gran trascendencia comercial, la calidad y experiencia que se han adjudicado las agrupaciones son reconocidas en el exterior.
“Llama la atención que en los inicios del 90 casi todas las instituciones públicas o privadas contaban con un coro. En Venezuela, para ese entonces, había un gran auge del movimiento coral. Tal vez, porque las instituciones han desaparecido, por falta de apoyo económico, u otras razones, esto se ha perdido en gran parte” comentó Juan Carlos Bersague, Director del Sistema Nacional de Coros del Estado Zulia.
Por su parte Venezziola es uno de los coros con mayor reconocimiento en el país. Procedente de la ciudad de Maracaibo, se fundó hace una década y ha participado en más de 10 festivales internacionales, entre los que cuentan el VII Festival Internacional de Coros Orlando di Lasso, Festival Musical de las Naciones de Roma, III Festival Internacional de Cors «Corearte» , entre otros.
Entre las agrupaciones privadas de carácter institucional se encuentran:
- La coral del Banco Occidental de Descuento (BOD)
- El Ensamble de Música Contemporánea de la Universidad Cecilio Acosta (Unica)
- El Sistema Nacional de Coros, un ente dependiente del Ministerio de Cultura.
Compromiso y pasión
Una coral es más que un conjunto de sonidos que se escuchan bien. Hace falta la unificación de todas sus piezas y un agudo sentido de perfección para producir las melodías que a tantos amantes y conocedores de música han cautivado. Por ello, se requiere de individuos genuinamente comprometidos que no aspiren sencillamente a cantar, sino a evolucionar en su labor a través de constantes y exigentes ensayos que buscan ensamblar una obra lo más cercana posible a la perfección.
Curioso es que la labor musical desempeñada por los miembros de los grupos coralísticos no es remunerada económicamente. Muchos de ellos son profesionales en áreas ajenas a la música y se desempeñan como cantantes para satisfacer su necesidad de expresarse artísticamente. La única recompensa es el aplauso del público y la dicha del trabajo bien hecho.
“Hoy como profesional puedo decir que recibí una formación integral gracias a mi paso por una agrupación coral. Aprendí el valor del verdadero trabajo en equipo, la tolerancia ante los diferentes, la constancia como herramienta al éxito, la disciplina, la responsabilidad, el compromiso y el amor por el trabajo” expuso Oriella Camacho, integrante del OLUZ desde hace siete años.
Compases de futuro
Gran parte del desarrollo y perfeccionamiento vocal y técnico de los coros marabinos es gracias a la posibilidad que han tenido de explorar otros rumbos geográficos que permitieron conocer la enorme diversidad de corales que existen en el mundo. El reconocimiento de otras agrupaciones, la visión, experiencia y nivel de cada una colaboran con la inclusión de nuevas nociones que aumentan el nivel de exigencia y calidad que demanda la competencia.
“Ahora los coros son menos, pero creo que poseen una mejor calidad en muchos sentidos. Se aplican mejores técnicas vocales que se enseñan a los estudiantes dentro de su adiestramiento en la agrupación. Los directores también cuentan con una mejor formación académica. Por ejemplo, en la Escuela de Música de LUZ ya se dicta la especialidad en Dirección Coral. Eso es un gran avance” afirma Héctor Pérez Rivero ex director de OLUZ.
La afluencia del público a los espectáculos se ha incrementado, lo que para muchos significa un progreso cultural considerable, sobre todo si se tiene en cuenta que esta manifestación no era muy conocida, por lo que no contaba con muchos adeptos. Daniel Riera, Director de Venezziola manifestó que “en la actualidad se nota fácilmente el interés de un público más crítico y conocedor, cosa que antes no era muy común observar. Esto quiere decir que el futuro de la música coral no es tan incierto. Como director de una relativamente agrupación joven de la ciudad, como lo es Venezziola, denoto grandes logros dentro y fuera del país ya que los ciudadanos han despertado y este tipo de música parece acumular adeptos cada día más”.
“Los espacios culturales están siendo minimizados, no se le esta brindando un apoyo solido a la música coral. Anteriormente, dicho apoyo era casi incondicional. Hoy en día, para una coral hacerse de un nombre y trayectoria imponente representa un importante esfuerzo, que debe ser concentrado en la lucha por rescatar los espacios culturales dentro de los teatros y tarimas de las diversas regiones que han cerrado sus puertas” afirmó Linda Marín, Instructora Vocal del Sistema Nacional de Coros.
El apoyo económico por parte de los entes gubernamentales es escaso. Por ello, la coordinación y dedicación al trabajo es un punto clave para lograr los objetivos y planes que cada agrupación tiene; proyectarse al exterior y sentir los aplausos de diversos públicos es el sueño de muchas.
Por : Leonela Quintero
Colaboradora de Correo Cultural