El Chirivía es una especie bienal, similar a la zanahoria. Sus raíces tienen una raíz principal pivotante, carnosa y gruesa, blanquecina a amarillenta, y raíces secundarias finas. El sistema caulinar, en el primer año, se compone de un tallo cortísimo de donde salen las hojas formando una roseta. Hojas grandes, de 4 dm, con largos pecíolos en la base, de lámina imparipinnada, con folíolos dentados o lobulados, verdosos oscuros. En el segundo año, emite ramificaciones y llega a 80 cm de altura. En los ápices de las ramas brotan las umbelas con flores pequeñas, blancas-verdosas e inconspicuas. De la polinización entomófila fructifica en esquizocarpos alados en sus márgenes, castaños, con una semilla en cada mericarpio.
Ingredientes para dos personas:
1 calabacín pequeño, 1 chirivía pequeña, ½ de manojo de cilantro picadito, 1 cucharada de mantequilla, 2 cucharada de salsa de soya, 150 ml de caldo de verduras, 2 cucharadas de mantequilla de maní, sal y pimienta molida, un poco de nueces picaditas.
Preparación
Poner a hervir abundante agua con sal. Cocinar la pasta según las indicaciones del envase. Lavar el calabacín y la chirivía y pelar. Con un pelador de papas cortarlos en tiras. Lavar el cilantro, secarlo y picar las hojas.
Calentar la mantequilla en una sartén pero sin que se caliente mucho. Añadir las tiras de verduras y freírlas durante unos 2 minutos. Añadir la salsa de soya y caldo y llevarlo a ebullición. Añadir la mantequilla de maní y removerlo.
Sazonar la salsa con sal y pimienta. Justo antes de servirlo, añadir cilantro. Colar la pasta y servirla con la salsa. Luego agregue las nueces, picaditas al gusto.
Fuente: Juan Antonio García Pineda.