Rosa Montero vuelve a sorprender con la escritura tan cercana y critica de esta obra. Un trabajo donde confluyen 4 personajes, cada uno con un infierno propio que les hace tristes y opacos y parecen no tener esperanzas de salir adelante.
El primero de ellos es un taxista, Matías, un pobre hombre que carga una tristeza que se lo está comiendo poco a poco, desde la muerte de su esposa Rita, la cual padeció de un cáncer extraño y agonizó en un hospital, mientras las enfermeras y los doctores ajenos al dolor ni le suministraban un poco de morfina para que su sufrimiento fuera más llevadero. Esto lo lleva a tomar unas medidas un poco arriesgadas, pero las mejores en vista de las circunstancias, es además una crítica a los hospitales, a la inhumanidad galena, una excelente critica que nunca se señala abiertamente pero se ve a simple vista en el recorrido de la historia.
Daniel, este personaje es un medico que odia su profesión, tiene una relación que no avanza, una esposa que no actúa, dos perfectos desconocidos que duermen juntos a centímetros uno del otro pero son unos extraños que no se atreven a enfrentar sus miedos. Un hombre asocial, envidioso y estúpido que se sumerge en Second Life, el juego en red y comienza a acercarse al sadomasoquismo virtual, experiencia que lo satisface, y mundo virtual donde se siente un hombre seguro de sí mismo y no la piltrafa de la realidad.
Fatma, es una prostituta que se topa con estos dos hombres en varios escenarios de la historia, hermosa, con esperanzas, pero dominada por un proxeneta llamado Draco. Una mujer que se resigna a ser quien es y lo que aprendió a ser en la vida. Una meretriz.
Cerebro, una mujer que se dejo llevar por los infiernos internos y termino prostituyéndose, en un pasado fue profesora, buena lectora y que mantenía un tono catedrático para hablar, decepcionada de la vida, resignada a esperar una muerte que no desea. De boca de ella nos topamos con la teoría de Kammerer y de muchos otros investigadores y científicos que estudian la vida humana, las coincidencias y el comportamiento, es una especie de antropóloga disfrazada de tristeza y abandono.
De alguna manera estos personajes se topan, entre unos y otros, confluyen, hasta caen en el colmo de crear una relación extraña donde todo parece odio y termina en rescate para algunos.
La vida es una ruleta rusa, un azar donde vivimos día a día el capricho de los dioses, de alguien que maneja y atrae coincidencias, la vida a veces es esperanza, y sobre todo, es consecuencia de nuestros actos y nuestros miedos.