Desde que llegó de Argentina, Ángel Beccassino no ha dejado de trabajar un solo día ni en música, si que menos en publicidad. En música prosigue componiendo con su banda, haciendo temas singulares que periódicamente las estaciones radiales emiten una y otra vez. Y en publicidad, la mayoría de sus campañas han sido más que exitosas, una de ellas aún se recuerda: “Bogotá, 2.500 metros más cerca de las estrellas” y la que aún está presente en el imaginario colectivo es la que le hizo a Luis Garzón quien a la postre se convirtiera en alcalde de Bogotá: “Lucho por Bogotá.
Hace algunos meses dirigió gráficamente el proyecto Secretos de una cirujana, el libro de la médica y cirujana estética Luisa Plata que fue presentado en la pasada Feria del Libro de Bogotá.
Beccassino acaba de publicar con Alex Vernot Cómo funcionan las cosas, un libro más que importante para saber cómo funcionan las cosas en la política, ese extraño y sorprendente mundo de los políticos tan diferente de los politiqueros. Y aprovechando esta grata oportunidad con la salida del libro, dialogamos con él.
– ¿Hay mucho, poco, demasiado, igual, equilibrado el afecto por Argentina?
– El afecto por el lugar donde uno nació y creció sus primeros años nunca desaparece. Pero el de aquel lugar que se escogió para desarrollarse crece cada día que vives, así como crece con el amor que encuentras, con cada hijo, cada amigo, cada libro que escribes, cada disco, cada película que filmas, cada etapa.
– ¿Cómo logras dividir un sorbo de mate por otro de café?
– Con mis amigos de siempre en Buenos Aires, cuando voy vuelvo a tomar mate amargo, como lo tomaba con mi madre en sus últimos años en Bogotá, que otros lo toman con azúcar. El café lo tomo igual, sin dulce, para saborear todo lo que diferencia en calidad a uno de otros. Si la idea es preguntarme cuál prefiero, me gusta más el sacudón del café que el del mate.
– ¿Te gustan más las medias de malla que una pollera colorá?
– Me gustan ambas, pero si la pollera colorá es de las cortas, y debajo hay medias de red, eso ya es una fantasía de cómic.
– ¿Si la siembra fue buena, ya lograste recoger la cosecha en Colombia?
– Cada año siembro, cultivo, y al final o mucho después recojo, amistades, afectos, libros publicados, serenidad en la mirada.
– ¿Cómo fue tu intento por el mundo musical?
– No fue, sigue en desarrollo, eso que en inglés llaman work in progress. Mi “Banda Dispersa dela Madre Selva”, que comenzó con sus primeras grabaciones en India, hacia 1980, ya lleva 10 discos publicados, y ha sido parte de películas, series de televisión, ballets y obras de teatro. Uno de los últimos trabajos fue la música para “El último viaje del Libertador”, una co-producción con el Festival Iberoamericano de Teatro que dirigí con Misael Torres. Y estoy trabajando un nuevo disco. En cuanto al trabajo de canciones y discos que hicimos por años con Rita Robert, estoy colaborándole en un proyecto que ella tiene en desarrollo sobre tangos.
– ¿Te sientes mejor creando publicitariamente una pieza o tomando tinto (vino) con los amigos?
– Tomando vino con los amigos, siempre. Pero crear, una forma de comunicar publicitariamente algo, o expresar un sentimiento o una idea, es una alegría tan intensa como la de compartir con los amigos. Probablemente porque allí se da eso que decía Roberto Gómez Bolaños sobre la risa como expresión del triunfo de la inteligencia. O tal vez por el lado niñito que uno sigue llevando, y que siempre se alborota jugando.
– ¿Te agrada más hacer una pieza publicitaria para un producto alimenticio o para un político?
– Para un político hay un compromiso que siempre va más allá de lo que puedes controlar. Un producto tiene límites más claros, y uno sabe un poco más en qué terreno se mueve. Dependiendo quién sea el político, algunas veces uno aprecia el riesgo de trabajar promesas para su candidatura, otras no.
– ¿Crees que las cosas funcionan bien?
– Si observamos el estado del mundo en estos días, se vuelve difícil pensar que las cosas funcionan bien. Sin embargo, si a uno le ha interesado estudiar la historia del mundo, como es mi caso, en todos los tiempos de esa historia se han vivido disfuncionalidades como las que soportamos, y que en buena parte originamos.
– ¿Por qué a veces las cosas no funcionan?
– En la superficie de las cosas, por múltiples razones. En lo profundo, por una cuestión de cultura, de valores. Es de eso de lo que hablamos con Alex Vernot en nuestro libro.
– Pero la verdad ¿Cómo funcionan las cosas?
– Funcionan a los golpes, impulsadas aún por la inercia, derramando traumas, desesperación, insatisfacción en el mejor de los casos. Pero pueden funcionar diferente, si aprendemos a pensar, a observar cómo funcionamos nosotros al interior de las cosas. También es de eso de lo que hablamos con Alex en nuestro libro.
– ¿Si las cosas funcionan, un libro también?
– Un libro es un documento que recoge la reflexión de alguien, de un par de autores en nuestro caso, y que puede convertirse en la llave para abrir la puerta que permita que entre aire en la vida que vivimos, y cambie aquello que respiramos. Obviamente es necesario que exista el lector, y que el libro despierte en él la voluntad para tomar la llave, asimilarla, localizar la puerta clave de cada uno, y abrirla para que la vida cambie.
– ¿Qué nos hace falta en Colombia para que las cosas funcionen?
– Ganas, más allá de las palabras. Pensar más en lo que nos pasa, y también antes de actuar.
– ¿Crees que valió la pena “luchar” por Bogotá con Lucho?
– Creo que todo intento en dirección a que vivamos de una manera más sensible, más solidaria, más humana, vale. Independiente de si el resultado es completamente el que uno esperaba.
Ángel Beccassino
Escritor, periodista, fotógrafo, músico y publicista. En los años
setenta se va involucrando con Colombia hasta el punto de editar su primer libro “Tiernos Bufones” (1979). En la fotografía explora temas de gran variedad, entre ellos “Los Bordes de la realidad”, “Laberintos y Oráculos”, entre otros. En los años recientes ha expuesto en varias salas como el Museo Nacional, la galería Mundo y La Casa Cuadrada. Actualmente vive y trabaja en la ciudad de Bogotá y es miembro del Consejo Académico del Centro del Pensamiento Creativo. En los últimos años, se ha consolidado como un experto en publicidad política. Adicionalmente, hace parte del grupo musical “La Banda Dispersa de la Madre Tierra”, integrada por músicos de diferentes partes del país.