En las próximas semanas saldrá a la venta el nuevo libro de Leonardo Alezones Lau, Amalivaca, un poemario que viene a toparse de frente con la sociedad, buscando gritar con las hojas las verdades del entorno que nos envuelve.
Recorrer los amplios caminos serpenteados de laberintos gramaticales que es Amalivaca es incursionar en un mundo donde nos topamos con indigentes huelepega olvidados por la sociedad, que viven en mundos paralelos al nuestro pero nos hacemos los ciegos para que pasen desapercibidos y aliviamos nuestra alma dándole una moneda de nuestro cascajo sobrante de efectivo; Vemos reyes observar el mundo lleno de inutilidad con traje de mediocridad y vemos a un poeta temeroso de si mismo diciendo por momentos dicen que con el tiempo/te conviertes en lo que haces/y no quiero ser un poema pero también vemos un poeta latigándose a si mismo nunca fui poeta/ciertamente no alabé la luna/ni la hice descansar sobre rosas/las flores para mi/fueron otro asunto. Apoteósicamente como cierre y continuidad perpetua conseguimos dentro de este poemario la muerte caminando con la hoz alzada, sin perdonar genero, condición ni edad. Violación, denuncia, muerte y posiblemente algo de esperanza tapada bajo los escombros de la inhumanidad.
Pero es que la obra de Alezones Lau no busca reivindicarse con nadie ni provocar sonrisas de botóx en rostros demacrados por la desidia, él no vende ideas, denuncia aconteceres reales, palpables y presentes en la idiosincrasia del venezolano y porqué no, del ser humano. Entre sus poemas más sentidos esta la causa de muerte no fue natural/la niña fue maniatada y violada/hay diferentes tipos de semen/encontramos algo de orina/evidentemente hubo sodomía. Es sin duda una clara burla al sistema, a la sociedad denigrada a pulso de relojero anciano y descuidado. Es un murmullo de sonrisa dantesca para la sociedad que arropa con sus esperanzas el no ocurrir de desgracias como estas.
Amalivaca será editado bajo el sello de Negro sobre Blanco Editores y publicado durante el primer trimestre del año.
