El artista Fabio Palacios, nacido en Barbacoas (Nariño) en 1975, es el ganador del «6° Premio Luis Caballero» , con su «Proyecto los BMR (bamba, martillo y refilon)». Su muestra fue la tercera exposición que se presentó en la Galería Santa Fe (del 4 al 30 de junio de 2011). El artista recibe como premio un estímulo de $50 millones por parte de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y el Instituto Distrital de las Artes. Conozca aquí en qué consistió su proyecto.
«Proyecto los BMR» es una instalación de 582 machetes usados por los corteros de caña durante varios años, que han sido desechados por sus dueños luego de cumplir una vida útil y que corresponden a los nombres bamba, martillo y refilon.
Según el jurado del Premio, conformado por Mariángela Méndez, Beatriz Eugenia Díaz y Jaime Ávila, «Los BMR es una obra conmovedora. Logra transmitir la sensibilidad del artista frente a una realidad que lo toca de manera muy cercana. Tomando una herramienta, que en muchos casos hace referencia a la violencia precaria de campesinos más que a su propia función de cortar infinitos surcos de caña, reivindica un oficio silencioso, meticuloso, poético y ancestral por medio de la música pura que se genera en dispendiosas e invisibles jornadas de trabajo.
Con versatilidad y paciencia, la Galería Santa Fe quedó trasformada en un fragmento invertido de un latifundio sin límites que en su propio silencio reclamó ser escuchado. Reafirma su pertinencia el hecho de que en este contexto histórico nacional y global, caracterizado por un malestar generalizado de distintos sectores que se unen para marchar a lo largo y ancho de calles y carreteras, y ocupar masivamente espacios públicos en ejercicios liberadores contra sistemas represivos o conductistas, esta obra se percibe como una manifestación de protesta silente.
La sigla BMR predispone al espectador a ver una muestra de autos para luego adentrarlo en una experiencia muy distinta. Como en el propio cañaveral ondeando con el viento, del techo de la galería colgaban 582 hojas metálicas bruñidas por el uso y el sudor; machetes empleados por los corteros durante años -la bamba, el martillo y el refilón-, ya desechados, que hacen un homenaje al padre de Palacios. Un performance de afilado realizado por él y dos compañeros corteros, la indumentaria de trabajo dispuesta en un extremo y un video de las plantaciones completan el montaje.
Las herramientas, testigos y protagonistas de horas de labor física, evocaban tanto el orgullo de un oficio, como la sujeción y la lucha de un poder negro incansable; son objetos que señalan nuestra vulnerabilidad y a la vez se plantean como insignia de la supervivencia de una etnia. «¿Quién nos hace lo que somos? ¿Desde qué imaginarios nos observa el otro según el atuendo, la piel, del carro que tenemos, la forma en que comemos?», pregunta el artista.
Este proyecto busca reconstruir y revalorar toda una serie de sucesos del diario vivir, costumbres de una comunidad, la identidad de una nación, o simplemente gestos que están presentes en nuestras vidas. ¿Hasta qué punto somos conscientes del riesgo del otro y cómo los objetos nos cautivan y nos invitan a estar a la expectativa? Estos objetos evocadores, como los son los machetes, buscan declarar con su huella la lucha de un poder negro incansable ante una constante supervivencia racial.
¿BMR ó BMW? He ahí la cuestión
El ser humano siempre está en búsqueda de una identidad (social, política, económica, intelectual, artística, etc.). Para algunos esta posibilidad está ya definida por su manera de ser, por lo que hacen, por sus gustos o por sus formas de relacionarse. Para muchos el estar in es lo mejor pero esta cualidad del esnobismo (tendencia a ir por el lado de las modas) es muy relativa dependiendo de los espacios, los lugares y las comunidades donde se manifieste.
Por ejemplo, para nadie es deshonroso tener un lujoso auto BMW, o tener a su disposición las últimas tecnologías; por su parte, para un cortero de caña su honra está en su herramienta de trabajo: un afilado machete ojalá de marca Gavilán Colora’o Bamba. Este objeto es su amuleto y es como el auto que le da el confort, la distinción dentro de su gremio, y es el objeto que tienen que consentir constantemente para mantenerlo a punto.
Desde este punto de vista, Fabio Melecios establece una analogía entre el objeto hermoso-lujoso y el objeto desechado-reciclado, y el riesgo que contrae cada uno.
«¿Hasta qué punto somos conscientes del riesgo del otro y de cómo los objetos nos cautivan y nos invitan a estar expectantes?», afirma el artista. «Estos objetos evocadores buscan declarar con su huella la lucha de un poder negro ante una constante supervivencia racial».
Habla Fabio Palacios
¿Cuál era el objetivo de esta instalación?
Mi idea fue predisponer al espectador a ver una muestra de autos, los BMW. Para sorpresa de ellos dentro de la Galería se encontraron con los BMR, colgados de la parte superior de la sala: son solamente machetes usados por los corteros durante varios años y que han sido desechados. A eso responden las iniciales de mi proyecto: Bamba, Martillo y Refilón.
¿Qué otros elementos acompañaron esta instalación de los macheetes?
Un video mostrando a un cortero realizando su incansable labor de cortar tallos de caña de azúcar, y en el que se evidencian diversos aspectos propios del gremio de los corteros.
¿Que buscaba despertar en los espectadores?
Me interesaba poner acento en la experiencia sensible del espectador actual en esta particular circunstancia, y plantear la posibilidad de recuperar su capacidad de conmoción ante lo grandioso o amenazante. En gran medida porque conecta un sentimiento de vulnerabilidad y temor que es inherente a nuestro horizonte histórico y nos hace tomar conciencia de las consecuencias del avance de los proyectos modernos que privilegian el medio que habitamos.
Fuente: Secretaria de Cultura.