Cada viñedo es tan especial que provoca una perdurable sensación de felicidad sin importar su ubicación.
Conozca las célebres cepas provenientes de los mejores terroirs.
Los viñedos pueden crecer en la espectacular campiña toscana, rodeados de los fríos vientos de Tokaji o en la soleada zona de Punta Larga en Boyacá. Lo cierto es que siempre hay un rayo de sol perdido, una hoja a punto de caer o alguna uva coqueta que invita al robo furtivo de quien las observa y es testigo de la magia de su increíble transformación que da como resultado un vino de calidad.
La mezcla bordelesa
Comenzamos el recorrido por los mejores terroir de mundo en Burdeos: la meca del vino. Indudablemente esta región ha aportado al mundo los ejemplares más notables y costosos.
En sus terruños se planta lo que se conoce como meritage bordelés, refiriéndose a un grupo de uvas tradicionales que se han cosechado durante siglos en este territorio y que dan como resultado los afamados vinos del sudoeste francés.
El meritage está compuesto por cabernet sauvignon, merlot, cabernet franc, petit verdot y, a veces, malbec.
Cabernet sauvignon, la variedad más plantada en el mundo y considerada la reina de las uvas, se caracteriza por sus aromas a cerezas negras y ciruelas. Tras su paso por barricas de roble adquiere notas a mina de lápiz, caja de puros, cedro y mentol. Es la soberana del Médoc francés y célebre gracias al trabajo de Hector de Brane, propietario del Château Mouton de Pauillac.
Otra gran variedad bordelesa cultivada en los distritos de Saint Emilion y Pomerol es la merlot. Se distingue de otras cepas por sus taninos sedosos y su nariza casis, ciruelas, higos, moras en compota, clavo y canela. Su gran difusor es el enólogo francés Michel Rolland. De hecho, esta cepa es la base de Petrus, el vino más caro del mundo.
La gran mezcla riojana
Este estilo de vino de casta española se compone de las variedades tempranillo, garnacha, mazuelo y graciano, siendo la primera la dueña y señora del terroir ibérico. Su origen se remonta a la reconquista cristiana de España, e incluye nombres como cencibel, tinto fino o tinta roriz; además, sus aromas propios son a frambuesa, pimienta y hojas secas. Una larga permanencia en barrile sde roble le aporta a los vinos elaborados con tempranillo notas a vainilla, cedro y tabaco. Los lugares en donde logra su mejor expresión son Rioja, Ribera del Duero y Toro.
Carménère: chilena intrigante
La historia de la variedad emblemática de este país es misteriosa. En 1860 la filoxera llegó a Francia arrasando con todos los cultivos de carménère en Europa. Curiosamente, dicha cepa fue redescubierta en tierras chilenas durante la década de los 90 al confundirla con merlot.
Sus aromas son inconfundibles, presenta notas a pimentón, salsa soya, cerezas, pimienta, ciruelas y una sutil presencia de café. Además, el lugar en donde mejor se produce es el Valle de Rapel.
La princesa de Argentina
Malbec es la variedad insignede este país austral sin discusión alguna. A propósito, en su natal Francia es conocida como cahors o cot , y lo más impresionante de esta es su color púrpura y taninos aterciopelados casi masticables. También se caracteriza por sus perfumes que recuerdan violetas, ciruelas pasas, higos y chocolate.
Esta cepa encontró su mejor expresión en Mendoza, más exactamente en Luján de Cuyo, San Rafael y el Valle de Uco.
El shiraz en Australia
El terruño de este soleado continente adoptó al shiraz como su hija, aunque su origen nos lleva de nuevo a Francia, esta vez, al Valle del Ródano.
El encargado de introducirla en territorio aussie fue el escocés James Busby en 1832. Los vinos confeccionados con syrah se destacan por su color violeta y sus taninos fuertes pero balanceados. En nariz se reconoce por sus notas a pimienta, especias, moras, tabaco, ciruelas y chocolate, mucho chocolate. Unos de sus más dignos representantes provienen de los valles de Hunter, Barrosa y Conawarra.
Los sauvignon blanc neozelandeses
1973 fue la fecha en los productores de vino de Nueva Zelandadieron a conocer su primer sauvignon blanc proveniente del Valle de Marlborough.
El color de estos ejemplares es muy pálido y su acidez punzante, que recuerdan los aromas y sabores de toronja, espárragos y aceitunas, convirtiéndose en un vino que nació clásico y será eterno.
De California para el mundo
Finalmente, en pleno terroir californiano se ha consagrado una uva traída por el coronel Agoston Haraszthy, todo un personaje de leyenda.
Esta variedad se conoce como zinfandel, aunque en Italia se le llama primitivo.
Se caracteriza por sus medios y su poderío alcohólico alto; asi mismo presenta aromas a rosas, canela, orégano, ciruelas pasas, vainilla y eucalipto.
Fuente: CocinaSemana