Is you
Nobody has to tell me so
It’s you, it’s you, you’re the angel sent from heaven above
Is you / Stevie Wonder
Dice José Ortega y Gasset en “Estudios sobre el amor” que “los amores son historias mas o menos accidentadas que acontecen entre hombres y mujeres”, dice también que, “en la mayor parte de los casos, hay en los amores de todo menos eso que en rigor merece llamarse amor”, no se si las historias del cine hablan de amor o de amores, quizás de las dos cosas… en fin, lo cierto es que es fácil hablar de amor y caer en lugares comunes y cursilerías. Es esa una palabra delicada, difícil, no fácil de pronunciar, tiende a malinterpretarse en la vida y en el cine, como lo veremos en las siguientes cintas…
Blue Valentine (2010)
El amor comienza y termina, como la vida I guess, pero a nadie le gustan los finales o la decadencia, las películas mas bien se nutren de lo contrario: de las historias lindas con finales felices, el Happy Ending infaltable y necesario con besos y campanas. Blue Valentine se trata de lo contrario, una historia de amor que se cuenta desde sus puntos de desencuentro, desde su desgaste y final. Aquí la estructura establecida no se dirige a ninguna parte y todo puede pasar, porque el tiempo en que se cuenta la historia fluctúa entre el presente y el pasado de los personajes, que detonará en un futuro que desconocemos cuando comenzamos a mirar.
Dos personas comunes y corrientes –quizás demasiado- pasan por algunas etapas del enamoramiento –imperfecto, fugaz, volátil- de una pareja como cualquier otra, que se une no necesariamente solo por amor, como sucede en la vida, son muchos los motivos para «vivir en pareja» o comenzar una historia bajo un mismo techo. En Blue Valentine pasa de todo y no pasa nada, Michelle Wiliams y Ryan Gosling (The Notebook 2004) son la película, porque más que los diálogos o las situaciones, son ellos, quienes nos procuran sensaciones, con sus actuaciones cargadas de realismo y naturalidad.
Williams tiene 30, pero conserva una expresión infantil que la hace ver mucho más joven, elemento que juega a su favor en roles de este tipo, choca verla en plan de esposa y madre, aunque últimamente es su rol favorito en el cine.
Esta cinta me recordó a otra protagonizada por su ex novio fallecido Heath Ledger: Candy, otra historia de amor con final infeliz, aunque por otros motivos, pero que posee un mood igual de realista o unos personajes igual de descompensados e histéricos. De igual modo, con Blue Valentine recordé Revolutionary Road de San Méndez (Leonardo DiCaprio y Kate Winslet 2008) donde los pequeños detalles, mas que las situaciones inconmensurables son los que describen una epopeya de desilusión, decepción y autodestrucción.
Los motivos de los personajes de Blue Valentine quizás no los podamos entender, pero lo que si entendemos es que el amor es frágil y tanto de entrada como de salida, la estupidez puede acabar con todo. Williams es la especialista en hacer filmes independientes desde que se liberó de la maldición de Dawson’s Creek, que consumió a casi todo el resto del elenco. Nominada al Oscar este año veremos si le gana a Natalie Portman quien compite por su rol en Black Swan.
Vida cotidiana, rutina, pesadez, y desacuerdos, la película de Derek Cianfrance te lleva a asomar la cabeza por la ventana de la casa ajena y no te va a gustar lo que vas a ver.
Calificación: 10 /10
¿Qué te puede hace sentir más triste: un amante que se muere o un amante que te abandona? No he experimentado lo primero, lo segundo es un rayo quemándote la casa, y si en ese caso es así, la muerte, por ser definitiva y llevarse consigo toda posibilidad de encuentro futuro debe ser mucho peor. La muerte es la nada, la desaparición de aquello que te gustaba o con lo que contabas para vivir. Para George en A single man (2009) estar consciente se vuelve una pesadilla al perder a su novio, su “duelo” es una tortura que le quita las ganas y el ánimo de vivir.
Cada segundo, cada hora es un continuo flashback de recuerdos y dolor para el personaje principal interpretado por Colin Firth, quien sin hacer aspavientos grotescos sufre de un modo sostenido la ausencia de su amante.
El film ambientado en los sesenta y protagonizado también por Julianne Moore (a quien le quedan perfectos los vestidos y peinados de aquella época), además de Firth (actor de mil películas que a veces no reconocemos) no es una sucesión de hechos lineales, más bien es una postal (o varias) que muestran la vida de estos personajes y sobre todo el vinculo que los une: la soledad de no saber cómo reaccionar ante la desgracia y la falta de planes para el futuro.
La homosexualidad aquí no es un tema que importe demasiado (no se siente en la narración), casi pasa desapercibida, simplemente es alguien que sufre por una pérdida. La historia de amor entre dos personas, no se centra en el tema de la homosexualidad, da lo mismo si son del mismo sexo, no se hace hincapié en ello.
En lo que si se hace hincapié es en el orden, los colores y el perfecto encuadre de cada escena: pequeños cuadros de pop art en colores pasteles. Se nota mucho que el director del film Tom Ford es diseñador de moda antes que todo.
Colin Firth fue nominado al Oscar por este film.
Calificación: 9/10
C.Luisa Ugueto L.
donniebrascols@gmail.com