El café de Arlés, en el Centro Urológico de Valencia, donde se exhiben algunas de sus mejores piezas, nos sirve de escena para recibir a este creador quien encuentra tanto dentro como fuera de la concepción tradicional de arte cinético, la justa medida para desembocar sobre verdades universales, a través de su concepción, la tarde se muestra afable con estos espacios, y, como les reitero, en ellos se muestran algunos de sus trabajos. La energía como un absoluto, alcanzable, tangible, como parte de nosotros mismos, tanto en un aspecto interior, como, bien sea, exteriorizada en los objetos. No es el movimiento en sí lo que determina la obra de Napoleón, se debe ver desde una perspectiva renovadora, un paso no considerado sobre lo que es dicha rama de la plástica; la fuente del movimiento es la energía, esa es su esencia, ya que, ésta no se crea ni se destruye, tan sólo cambia de estado, aparece en él la necesidad de despertar al hombre de la figuración, y, llevar el movimiento a un plano dinámico, donde se considere en sí, libre de principios y finales.
Entre un café y otro se alternan sobre anécdotas y las concepciones y emociones acerca del proceso que lleva todo su oficio, comienzan a aparecer; Graziani quien, valiéndose de lentes cuya transparencia repetían una imagen puesta en una habitación y una luz estroboscópica (flash titilante), presentó su Penetrable Virtual, en el que se sirvió del acercamiento a Soto, tanto en la ciudad de Valencia como en Caracas, creando una sobreposición que distorsiona según se mueve el espectador. Ha buscado la vuelta acerca del movimiento y sus variantes, considerando como influencias a los maestros nacionales; como un Carlos Cruz Diez (acerca del que confiesa tener una profunda pero a la vez distante y personalísima conexión e investigación sobre lo que es el hecho del color) Utilizándolo como fondos que energizan retóricamente la parcialidad. Un Jesús Soto de quien incorpora, o mejor dicho, parte para experimentar los materiales como móviles, hechos con barras de acrílicos, a veces incorporando bambú, llegando a decir casi, que el ave no son sus plumas ni su ala sino el vuelo generado. Así se dinamiza el hombre que nos ocupa con el hecho del movimiento.
Este Artista ha considerado el vacío, como materia para su asunto, crear un movimiento dentro del cual toma en cuenta la dinámica y no el movimiento solamente, concentrándose más en su peso dentro de la interacción, experimentándolo de una manera más compleja, pero a la vez simplista; ¿No es acaso la sencillez la cuna de la belleza y lo cual resalta la complejidad? Habla del trabajo de GEGO. Una “Gertrudis Goldschmidt”, de origen Alemán, siendo capaz ésta de sentir la noción de movimiento en algunas de sus obras de manera continua, rompiendo con los lineamientos de principio y fin de él dentro de su obra, llevándolo a su última consecuencia, lo que esconde la dinámica, un “Dinamismo” que libera y calla hasta resaltar un valor funcional en la obra haciéndolo inagotable, tal cual lo es el arte en sí mismo.
Un ejemplo para esclarecer lo establecido sobre la valoración del movimiento tomando en cuenta su dinámica, casi científico: Hay 2 autos que tienen una aceleración diferente, pero ambos coinciden en un punto determinado. La energía cinética de estos, provocará que se registre la colisión de partículas de energía, es lo que conocemos como «choque».
Luego de saber este ejemplo, es interesante conocer ¿Qué produce esa energía cinética?¿Qué fue lo que hizo mover el auto?
-El combustible! En su «esencia» viene de la energía acumulada en restos fósiles, vegetales y minerales al cual denominamos petróleo, este luego de varios procesos químicos y físicos se convierte en el principal aspecto de nuestra atención. Debido a que estos elementos obtuvieron su energía del sol y este, a su vez, obtiene su energía de reacciones nucleares que ocurren en su centro, dando como resultado teórico la conclusión en cadena; como inicio de todas las formas de energía. Aunque en los Últimos años se han demostrado evidencia de otras formas de vida dentro del planeta tierra específicamente en el fondo del océano, ¡donde la luz solar no existe! es decir la energía venga del sol o no, se manifiesta en movimiento.
Con semejante ejemplo, el artista nos explica la sutil diferencia entre la obra que se mueve y aparenta moverse; El Cinetismo y llevarlo a un plano dinámico donde la resultante es considerar la energía como su propio origen.
A título personal, me adjudico el atrevimiento de decir, que pocos Artistas y sobretodo, muy pocos hombres se quedan a solas con su verdad, pero dada la realidad que vive el mundo, son maravillosos los individuos que se relacionan con ella, a sabiendas de que no es absoluta, sino convenida, y, se valen de ese hecho para emprender hazañas como la investigación, la creación, y porqué no “el amor”. Encontrar a alguien con el valor de emprenderlas juntas y considerar tales supuestas verdades como no del todas ciertas, haciendo una especie de acupuntura; si consideráramos un cuerpo al pensamiento universal, es una misión de vida que aunque pueda parecer agobiante, es divina. Napoleón Graziani se encuentra frente a una gran puerta y su propuesta de considerar el movimiento desde un plano energizante y dinamizado, brinda un panorama esperanzador de humanidad, y sin más que decir, sólo puedo concluir diciendo: En hora buena, mi aplauso en espera del de la crítica, siendo el más importante el de ustedes queridos lectores.
Fuente: Richard Sabogal.