La obra de la artista venezolana Gaudí Esté será exhibida en el Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO) en Colombia, desde el próximo 12 de octubre, a través de una exposición individual titulada “Modos de devoción”, que permanecerá abierta al público hasta el 13 de noviembre.
Representada en Venezuela por la Galería Freites, y considerada como una de las escultoras contemporáneas más importantes del país, Gaudí Esté posee una fructífera trayectoria artística de más de 25 años, durante la cual ha desarrollado un cuerpo de trabajo caracterizado por “la potencia formal, simbólica y técnica, obtenida en buena parte por su arraigo en las raíces tradicionales de la creación escultórica de su terruño, como lo es la talla en madera, práctica a partir de la cual Esté ha logrado no sólo recrear una peculiar iconografía cargada de fuerza simbólica, sino realizar verdaderos aportes técnicos y formales a esta modalidad”, según palabras de la investigadora de artes visuales Katherine Chacón.
En la muestra “Modos de devoción” que se presenta en el MAMBO, la artista exhibe fundamentalmente piezas de las series “Nagual” y “Devoción” –surgidas entre mediados de la década de 1990 y principios de la de 2000, hasta nuestros días-, las cuales, a juicio de Katherine Chacón, están caracterizadas por un volcamiento ritualista, asociado a veces a la muerte, a la prisión, o al desmembramiento, y apoyadas en su mayoría en una iconografía animal, en donde perros, caballos, caimanes, seres alados y sus hibridaciones, convergen, a veces, conformando conjuntos escultóricos o instalaciones.
“Si bien es cierto que el tema de la religiosidad puede ser entrevisto en algunas de estas piezas, no es menos verdadero que en ellas el sentido de lo religioso se enlace con lo ritual, con el recogimiento y la devoción, pero está teñido de un halo feroz, ligado a lo recóndito inconsciente, a lo trascendente como una fuerza incomprensible, acaso a una interrogante sobre la vida y la muerte que abarca lo contingente, pero también lo cósmico. De allí surge el tema de la devoción, como un fervor religioso que supera las formalidades de los cultos, para llegar a ser un íntimo y profundo estado de comunión del individuo con el espacio metafísico de su existencia”, señala la especialista.
Asimismo se incluyen en esta individual, obras que no representan animales o sus híbridos, como son Imagen de vestir y Ensambladura II; además de otras obras entre las cuales figuran: Todos los seres ya sidos, vuelven a ser o El guerrero momificado (en las que la artista reitera su intención de conectarnos con la muerte en su sentido ritual), Potro Caimán, Atrapado en el paisaje, La Potranca Trini-Caro, y la instalación Caballeriza, que representa a escala un establo en el que cada caballo ocupa un nicho por el que asoma su noble cabeza.
“La escultura de Gaudi Esté ha planteado una reformulación iconográfica y expresiva de esta modalidad en Venezuela. La introducción de la figuración animal como principal motivo de sus piezas, le ha permitido a Esté no el explorar puntualmente un universo casi inédito dentro de la talla venezolana, sino abrir nuevos caminos al tema de lo irracional y de lo inconciente dentro de la escultura de ese país. Si bien una mirada desprevenida puede observar tras ‘este particular bestiario’ que nos presenta la artista,referencias asociadas a la crítica social e incluso política, el temple expresivo de estas piezas, su innegable potencia plástica, sus fuertes connotaciones simbólicas –aunadas a la simplicidad casi primitiva de estas configuraciones tridimensionales– señalan abiertamente conexiones simbólicas que apuntan a recónditos contenidos inconscientes”, escribe en su texto la especialista.
Fuente: Zoraida Depablos.