Antonio Ecarri reveló que para los niños venezolanos, alumnos del sistema público de educación, se destinan apenas 1,27 bolívares fuertes diariamente para alimentación escolar. Durante la presentación del informe de la Fundación Arturo Uslar Pietri (FAUP) sobre el inicio del año escolar, dijo que “El Programa de Alimentación Escolar (PAE) fracasó ¿Qué alimento nutritivo puede ofrecerse a los niños si está presupuestado 1,27 bolívares para cada uno? ¿Qué compran las madres con 1,27 bolívares fuertes? Con hambre no se aprende. Con hambre no hay calidad en la educación. Esto representa una de las principales causas de deserción escolar en el país”.
El presidente de FAUP explicó que la educación pública venezolana no garantiza su gratuidad, como lo establece la Constitución. “Gratuita no significa que no pagues porque los maestros vayan a dar clases. Gratuidad significa que exista un acompañamiento al estudiante para garantizarle uniformes, libros, transporte y alimentación”. Ecarri denunció que entre los años 2008 y 2009 el propio ministerio excluyó a 785.925 niños del PAE, aunque luego de expulsarlos del programa, la asignación presupuestaria se mantuvo igual. “Casi 800 mil niños quedaron fuera del programa ¿Qué hacen con el dinero que corresponde a estos niños? El presupuesto se ha mantenido por 3 años sin variaciones pero cada vez son menos los niños beneficiados”. Adicionalmente, cuando se cruza la matrícula escolar oficial (inicial, básica, media) con la cantidad de niños y jóvenes atendidos por el PAE, casi 3 millones de estudiantes venezolanos no reciben actualmente ningún ti! po de alimentación escolar. “2.781.089 niños que nunca han recibido el PAE o que recibían pero fueron excluídos”.
Ecarri condenó que el regreso a clases para el año 2011-2012 esté marcado por la disminución progresiva que las propias cifras oficiales revelan. «Cada año, miles de niños y jóvenes se van de las escuelas. El Estado les llama desertores, pero la verdad es que son expulsados por las condiciones que no les permiten seguir estudiando». Puso el ejemplo de la cohorte 2005-2010 de bachillerato, donde casi 20 mil alumnos «se perdieron entre séptimo grado y la graduación de quinto año tan solo en el Distrito Capital». Según las cifras oficiales denunciadas, 50 por ciento de los jóvenes caraqueños no terminó sus estudios medios. «Y nacionalmente la cifra también es espeluznante: 220 mil chamos dejaron de estudiar, 40 por ciento no se graduó. 50% de los jóvenes caraqueños se los estamos al hampa».
Para el presidente de la Fundación Arturo Úslar Pietri, el abandono escolar ocasionado por la irresponsabilidad gubernamental constituye la raíz de la violencia, «porque un niño y un joven que no va a la escuela está a merced del ocio, a un paso de la droga y del hampa». Recordó que esos jóvenes representan un grupo de edad vulnerable, que se refleja como uno de los más afectados por los asesinatos en el país, tanto víctimas como victimarios. «La ruta a El Rodeo comienza con la exclusión y expulsión escolar, pasa por la delincuencia y termina en la cárcel. A los hijos de nuestros barrios, que son los que van a escuelas públicas, se les está conduciendo irresponsablemente hacia la violencia y la muerte».
Antonio Ecarri propuso crear el plan Río Orinoco para la salvación del PAE. «Frente a esas gotitas de amor del gobierno, lo que hace falta es un caudal poderoso como el del Orinoco. Hay que invertir 70 millardos de bolívares para garantizar que cada niño reciba su alimentación escolar, 50 bolívares diarios durante 200 días del año escolar». Ecarri puntualizó que la propuesta es incluyente, pues toma en cuenta a todos los alumnos del sistema de educación pública, como lo establece la Constitución nacional. «Así se siembra el petróleo, invirtiéndolo directamente en estos niños y jóvenes que son el presente y el futuro del país».
Durante la presentación Ecarri estuvo acompañado por Guillermo Guzmán miembro de la junta directiva de FAUP; Yojorman Pantoja de FENASOPADRES, Fausto Romeo de ANDIEP y Manuel Rojas Pérez asesor jurídico de FAUP.
Fuente: Fundación Casa Arturo Uslar Pietri.