A petición del público, después de una exitosa temporada de 3 meses y más de 3000 espectadores, el genio de cabrujas regresa a las tablas desde el 4 de junio y así satisfacer la inmensa cantidad de solicitudes de reponer “acto cultural”.
El Teatro Trasnocho presenta con gran éxito de taquilla y de crítica una de las obras más reconocidas del versátil y único José Ignacio Cabrujas, uno de los mejores talentos del teatro nacional en tiempos contemporáneos: destacado dramaturgo, actor y director, versátil y brillante en todos los aspectos del arte sobre las tablas: Acto Cultural, dirigida por Héctor Manrique.
Como dramaturgo José Ignacio Cabrujas domina el arte de transformar el tema de la historia, toma las historias del pasado para entender el presente y las presenta más allá de un simple viaje nostálgico, a través de los profundos paralelismos entre lo que pasó y los que nos pasa hoy, consigue darles vigencia y un mayor sentido. Sus historias son espejos mágicos donde todos podemos evaluar nuestras existencias con la de nuestros antepasados y conseguir las razones para las situaciones que vivimos hoy. Acto Cultural, una de sus nueve obras, no escapa a este dominio, mostrándonos ambientes y personajes que nos resultan familiares, con todo el drama y sus consecuencias que el mismo público podrá identificar desde el comienzo. Una antología que nadie puede perderse. Una obra para la reflexión y el disfrute.
Sinopsis: A mediados de los años 20, la Sociedad Louis Pasteur, antes Sociedad Heredia, para el fomento de las artes, las ciencias y las industrias de San Rafael de Ejido, celebra sus cincuenta años de existencia con la escenificación del drama histórico Colón Cristóbal, el genovés alucinado. Durante la representación del acto cultural los seis miembros de la Junta Directiva, se van descubriendo a sí mismos frente a los asistentes, develando sus vidas precarias, sus abandonos, sus anhelos y sus miserias. Mientras más se esfuerzan por representar la grandeza de Colón y su descubrimiento, más los arropa la propia pequeñez de un pueblo que encierra un pasado, un presente y un futuro que los ahoga.
Acto Cultural de José Ignacio Cabrujas cuenta con la actuación de Samantha Castillo, Melissa Wolf, Angélica Arteaga, Juvel Vielma, Daniel Rodríguez y Juan Vicente Pérez. Diseño Gráfico: Manuel González Ruiz, Utilería: Oscar Salomón, Iluminación: José Jiménez, Vestuario y Asesoría Artística: Eva Ivanyi y Música Original: Aquiles Báez. Asistencia de dirección: Wadih Hadaya. Dirección: Héctor Manrique.
El Espacio Plural del Trasnocho Cultural del Centro Comercial Paseo Las Mercedes presenta esta obra los sábados y domingos a las 4 p.m.
Las entradas están a la venta desde ya en el propio teatro y valen Bs. 100. Teléfono de Taquilla: 9931910. Información: www.trasnochocultural.com
Sobre Acto Cultural según Isaac Chocrón
En 1959 cuando era la gran figura del Teatro Universitario de la Universidad Central de Venezuela, estrenó su primera obra, Juan Francisco de León, basada en un personaje precursor de la Independencia. Dos años más tarde, después de haber dejado sus estudios de abogacía para dedicarse al teatro, estrena fuera de la Universidad su segunda obra, El extraño viaje de Simón el Malo, suerte de parábola sobre la falsedad de los conceptos ´buenoª y ´maloª vista a través de su protagonista que vive en un pueblo cerca de la ciudad. En estas dos primeras obras conocemos los dos tipos de personajes que compartirán toda la obra dramática que Cabrujas escribirá posteriormente: bien el personaje abiertamente histórico o aquel que vive su pequeña historia; uno u otro sirven para hacernos reflexionar sobre nuestras propias vidas.
La tercera obra de Cabrujas, Tradicional hospitalidad, escoge lo popular para hacerlo historia, mientras que la cuarta, En nombre del Rey, se apoya en episodios del pasado, y la quinta, Días de poder, especifica un pasado reciente venezolano, el de la dictadura de Pérez Jiménez. Fiésole, la sexta obra que estrenó, se aleja aparentemente de toda esta temática central aunque al basarse en los recuerdos de sus dos únicos personajes desemboca igualmente en esa búsqueda de lo pasado para mejor entender lo presente.
Con Profundo y con la compilación de textos que forman El sainete en Venezuela, Cabrujas pareció haberse decidido por lo popular como historia, tendencia que ahora reafirma con Acto cultural. Es decir, Cabrujas ha dejado a un lado los paralelismos que la Historia pueda ofrecerle, prefiriendo inventar historias que ilustren su testimonio de nuestro presente.
Acto cultural es pues, descendiente directa de toda una manera propia de expresión que comenzó con El extraño viaje de Simón el Malo, la primera obra de Cabrujas. Puede ya precisarse el mundo teatral creado por Cabrujas, cuyo ambiente es la vida de pueblo apabullada por la resonancia de las ciudades que le quedan lejos, y cuyos personajes son seres angustiados por seguir viviendo, obedeciendo normas y comportamientos que no les merecen su total credibilidad. Ellos saben que ni su pueblo ni su moralidad funcionan, pero también saben que no tienen la valentía para cambiarlos o para escapar. Esta crisis inmóvil es lo que distancia al mundo de Cabrujas de cualquier tradicional costumbrismo.
Aunque utilice ambientes y gentes propios de ese costumbrismo, los interpreta sin nostalgia, subrayando el drama, inherente en pertenecer a una sociedad obsoleta pero que sigue existiendo por simple abulia.
La excelencia de Acto cultural deriva de la acertada orquestación de tres niveles simultáneos en los cuales funciona la obra. Primeramente, el espectáculo teatral es el acto cultural del título, con el público como asistente a dicha manifestación; por consiguiente, tiempo real y tiempo escénico son idénticos. En los noventa minutos que puede durar la obra, la Junta Directiva de la Sociedad Pasteur escenifica ´Colón, Cristóbal, el genovés alucinadoª, escrita por su Presidente, Amadeo Mier, que, como su título lo indica, presenta al Descubridor como un ser aferrado a una visión cuya dimensión o características ignora. Colón y los otros personajes de su historia son recreados en su diario vivir, sin ningún tono épico, cumpliendo rutinas no tan diferentes a las que rigen las vidas de los aficionados que esta noche los están interpretando. Unos y otros comparten deseos de explorar sin poseer la valentía necesaria para tal empresa. En este segundo nivel, Cabrujas logra mejor que nunca en toda su producción presentar la Historia como espejo donde los que la reverencian puedan verse. También logra escribir el libreto de una ópera, si se quiere bufagrotesca, con la pequeña obra compuesta por arias, duetos, tríos, y un tono operático que hábilmente sirve para guiar al espectador por los confines oscuros y conmovedores del tercer nivel en que funciona Acto cultural: la vida íntima e inexorablemente compartida de los seis miembros de la Junta Directiva. Sus confidencias que son más bien reiteraciones de secretos públicos, los ahogan y no permiten que las sonrisas del público lleguen a ser risas sino que las transforman en muecas agrias.
Cuando Herminia se refiere a la madre de Purificación, dice que ´estará en sus rutinas, muerta tal vezª, y ella misma amplía el concepto un poco más tarde, aclarando que ´en Ejido todo tiene la misma voz y el mismo nombre. Si acaso, una mancha en el delantal de las mujeres de Ejido, es el único accidenteª. Amadeo, el Presidente-autor, es quien más agoniza mientras vive porque al mismo tiempo que pregunta: ´¿Cómo hace un hombre en San Rafael de Ejido cuando tiene un fantasía?ª, se consuela repitiendo: ´Que nadie pierda las esperanzasª. No se pueden perder porque no se tiene nada más que ese minuto de silencio solicitado al final de la obra: un minuto de silencio que se les convierte en vida.
Comenzando con la entrada del Secretario de la Junta, Francisco Xavier, quien ´deposita el acta y declara inaugurada la ceremoniaª, Acto cultural se convierte en una ceremonia donde tres ritos diferentes se desarrollan simultáneamente: el presente; el pasado histórico; y el vivir sin presente o futuro, sólo con un pasado que agobia y frustra. Cabrujas obliga al público a participar en estos tres ritos, desde su mera presencia como asistentes al Acto cultural, su distanciamiento que resulta divertido frente a la peculiar versión de la vida de Colón, y su complicidad al verse en el espejo que son las vidas de los miembros de la Junta. Lo que pareció al principio una cursilería —casi una burla— resulta finalmente un drama de los personajes y el público.
Acto Cultural muestra a José Ignacio Cabrujas en camino hacia una lúcida madurez de dramaturgo y significa una valiosa contribución a la antología del teatro venezolano contemporáneo.
Fuente: Prensa Evelyn Navas.