Aunque jamás tuvo cercanía con los libros cuando niña, ya adulta le ha dedicado todo el tiempo del mundo a los libros y a buscar todo tipo de formas para que especialmente los niños se acerquen desde sus primeros años a ellos. Y esto ha sido como una obsesión, una constante desde hace casi una década cuando empezó a leer y leer desaforadamente, a buscar nuevos autores, a sumergirse en el mundo de las grandes plumas, a descubrir sus misterios, a conocer el alma de los protagonistas. Y para lograr el objetivo de buscar argumentos para el hábito de lectura, ha creado no sólo juegos, sino una empresa familiar que ella misma bautizó como “Engánchate con la lectura” en donde ella y su hija son las gerentes, administradoras, creadoras, vendedoras, mercaderistas, etc.
– ¿Cómo fueron tus primeras lecturas en tu casa?
– En realidad no existieron. La pasión por la literatura llegó a mi, siendo ya adulta, lo confieso, pues no tuve en mi infancia ni en mi adolescencia quien me dirigiera hacía este camino. No puedo contar como lo hacen muchos, que mis padres me sentaban en sus rodillas a contarme o leerme historias, que en mi casa los libros revoloteaban por todas las esquinas, que mis abuelitos escondían billetes entre las hojas de los libros, para motivar la lectura y luego contar historias. No. Mi historia es diferente. Llegué a la literatura porque un día, un poco empujada por las circunstancias, entré a trabajar como asistente de comunicaciones en una de las editoriales españoles más prestigiosas y fue desde este lugar, donde mi interés por los libros, las historias, los escritores y la literatura empezó a crecer como una bola de nieve.
– ¿Siempre trabajaste con la cultura en el colegio?
– Mi colegio era de monjitas, un poco castrante para decir la verdad. Todo era rezar y todo era pecado. En realidad mi colegio no me aportó mayor cosa a mi vida cultural ni a mi pensamiento crítico ni reflexivo, pues todo el conocimiento se fundamentaba en la memoria.
– ¿Cuál es (o son) los libros que más recuerdas de tu infancia y juventud?
– Los que más recuerdo son los libros que nos tocaba leer por obligación. Recuerdo mucho a María de Jorge Isaac, Amalia de Rómulo Gallegos y La rebelión de las ratas de Fernando Soto Aparicio. Los recuerdo porque tuve que someterme a unos controles de lectura aburridos, donde lo único que funcionaba era la memoria para poder contestar las preguntas específicas y encasilladas que siempre nos evaluaban por escrito. Responder estos controles de lectura, que generalmente eran los lunes, me causaron escozor en mi cerebro, y tal vez, por eso, los recuerdo. Una tortura realmente.
– ¿Qué es lo que te fascina de los libros?
– Los libros hoy en día me obsesionan. Principalmente las novelas y los cuentos. Me encantan como objetos y como compañía. Los necesito para buscar respuestas, para descubrir cosas, para entretenerme, para aprender, para entender a las personas que me rodean, para buscar ejemplos, para entenderme a mi misma. Los necesito como alimento diario. Cada historia, cada personaje, cada situación de las novelas o cuentos que leo, me dejan algo, ocupan mi mente, me enseñan algo y me invitan a reflexionar.
– ¿Por qué decidiste hacer una carrera de Comunicación?
– Después de probar varias carreras y ser expulsada de una, de Lenguas Modernas en la Javeriana, para ser exactos, se me iluminó el camino y me concentré en las letras. Me empecé a dar cuenta que me gustaba escribir, que la investigación me llamaba la atención y que los medios audiovisuales me entretenían. Mientras estudiaba Lenguas, conocí en la “playita de la Javeriana” gente de comunicación, y me gustó su estilo de vida, sus jornadas académicas, las opciones que tenían para especializarse; estudié el pensum, presenté de nuevo el ICFES, y me presenté a la carrera con mucha ilusión. Este fue el inicio de mi apuesta por la Comunicación.
– ¿Qué autores siempre han estado en la cabecera de tu cama?
– Muchos. Después del vacío y falta de interés por los libros, quería leerlos todos y en esta búsqueda, ya trabajando en la Editorial Santillana, conocí al profesor Jorge Iván Parra quien me orientó, a través de clases grupales e individuales, a conocer escritores realmente importantes que me acompañan ahora en mis días y pensamientos como Javier Marías, Phillip Roth, José Saramago, Gabriel García Márquez, Edgar Allan Poe, Óscar Wilde, Stevenson, Juan José Millas, Rosa Montero, Julio Cortázar… la lista siempre es larga.
– ¿Cómo fue tu experiencia en la Fundación Santillana?
– Fue un ciclo largo y enriquecedor. Aprendí y conocí a muchas personas apasionadas por el conocimiento, por la música, por el arte, por la literatura. Cada persona que entraba a la Fundación Santillana con el ánimo de mostrar su trabajo, su pasión y sus alcances profesionales y personales, me dejaron huella y me motivaron tácitamente para seguir aprendiendo y descubriendo el mundo; pues en cada apuesta artística, de cada evento cultural que organizábamos, se abrían horizontes completos de conocimiento y de pasión por la vida. La Fundación Santillana, antes de la reingeniería cultural que impusieron los jefes españoles, inducidos por la crisis ibérica actual, era un nirvana, no sólo para los que trabajábamos allá sino para todos los artistas, académicos e intelectuales que tuvieron la oportunidad de ser protagonistas de la acción cultural que esta Fundación, sin ánimo de lucro, impulsaba desinteresadamente. No me cabe duda que está labor continuará con la Nueva Fundación Santillana, sí las circunstancias sociales y económicas lo permiten.
– ¿Cómo surge “Engánchate con la lectura”?
– Desde que mi hija nació me preocupé por crear estrategias que la acercaran a los libros y a la lectura. Siempre le organicé en nuestra casa rincones de lectura, clubes de lectura con sus amigas, le patrocinaba actividades artísticas o deportivas, muy interesantes para ella, con la condición que tuviéramos un rato de lectura y elaboración de diarios de lectura, la invitaba a bibliotecas y a librerías, y por muchos años le leí cuentos antes de dormir. Pero a pesar de estos esfuerzos, me daba cuenta que a Daniela no le gustaba del todo, y que a medida que crecía su atención se dispersaba hacia otras actividades que para mí no eran tan enriquecedoras. Le encantaba jugar parqués y Tío Rico, por ejemplo, pero a mí, no me entretenía tanto. Pero fue esta circunstancia la que me motivó para estudiar y desarrollar productos que motivaran a mi hija lúdicamente y que a mi, me sirviera como herramienta para cumplir con mi objetivo de mostrarle los libros que había en el mundo con todas sus implicaciones. En el 2005 inicié una Especialización sobre Gestión Cultural en la Universidad del Rosario y fue allí, de la mano de mi tutor Raúl Niño, donde materialicé este gran proyecto académico y personal, después de una gran investigación que complementé con un Master On Line en Promoción de Lectura de la Universidad Alcalá de Henares en el 2006. Pues la idea como madre sobre las estrategias para fomentar el amor por los libros y la lectura de mi hija, ya estaba clara, pero me faltaba sustento académico y conocimiento de experiencias mundiales sobre este tema. Fue así, como estos dos caminos se unieron, y ahora se ven materializados en este método interactivo para vivir la lectura de una manera diferente desde el entorno familiar, llamado “Engánchate con la Lectura”.
– ¿Qué encontraremos en el mercado?
– El primer juego que saldrá al mercado será El gato negro de Edgar Allan Poe. Es un juego basado en cartas donde los participantes tendrán que seleccionar colores y categorías basados en los personajes, los espacios y situaciones que este gran cuento nos regala. Si todo va bien, La nariz de Gogol y El diablo en la botella de Stevenson, serán los próximos juegos de mesa que nuestras familias podrán disfrutar, hasta completar una oferta tan extensa como libros clásicos hay en el mundo. Esa es la idea.
– ¿Cuáles son los principales objetivos del método?
– Los objetivos de este método son: impulsar e incentivar el hábito de la lectura en ambientes familiares o de socialización, a través de juegos interactivos, basados en literatura. Lograr que los niños asimilen la lectura como una experiencia divertida, interesante, valiosa, agradable y entretenida. Fortalecer a través de la enseñanza informal, lazos familiares y contextos literarios. Ofrecer herramientas para ayudar a los niños en su proceso creativo a través del juego y la literatura.
– ¿A quiénes esta dirigido esté método y por qué dices que es tan exitoso?
– Este método está dirigido hacia nuevas formas de hacer, actuar y pensar la lectura. Parte del éxito de los estudiantes, es la metodología utilizada por los profesores para brindarles conocimiento. Estos juegos de mesa brindan una nueva forma de enseñar contenidos literarios y garantizan que los alumnos conozcan personajes, situaciones, lugares y autores de cuentos clásicos, sin necesidad de leer formalmente las historias. Esta nueva forma de enfrentarse al conocimiento clásico de la literatura es una herramienta potencializadora para motivar y formar nuevos lectores, pues genera apropiación y confianza entre los participantes, elementos fundamentales para asimilar y procesar nuevo conocimiento. Paralelamente, estos juegos, impulsan la cooperación, la solidaridad y el reconocimiento de reglas, además de impulsar el enriquecimiento mutuo y el desarrollo de las capacidades para los procesos de oralidad, lectura y escritura.
– ¿Dónde y cuándo se puede conseguir el juego El gato negro de Edgar Allan Poe?
– Este primer juego lo venderemos directamente. Pueden realizar su pedido escribiendo a enganchateconlalectura@gmail.com O mientras tanto pueden acercarse al producto visitando el blog http://enganchateconlalectura.blogspot.com/
Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras)
Correo Cultural Internacional