Blanche DuBois (Vivien Leigh) me cae bien, esta loca, pero me cae bien, quizás me cae bien porque esta loca, quien sabe. Stanley Kowalski (Marlon Brando), se da cuenta, lo percibe rápidamente, pero el también esta loco y es violento en la pieza más famosa dirigida por Elia Kazan, “Un tranvía llamado deseo”.
Kazan director de películas como “La ley del silencio” (1954) protagonizada por el mismo Brando o “Al este del eden” (1955) con James Dean, me recuerda a Roberto Gavaldón (Macario 1960, La diosa arrodillada 1947, Días de otoño 1963), el director mexicano que sabia jugar muy bien con las emociones de sus personajes, basándose fundamentalmente en la elección de actores que pudieran representarlas.
“Siempre he dependido de la amabilidad de los extraños” dice Blanche, quien llega a visitar a su hermana casada con el violento Stanley, un Marlon Brando completamente brillante, tanto física como actoralmente, aunque lo segundo siempre lo fue, aún cuando el tiempo le había arrebatado su cuerpo perfecto.
Si me preguntaran de que va “Un tranvía…” no podría decir exactamente de que trata, sin embargo, podría decir que convoca, que sugiere: un cúmulo de pasión, locura y mala leche que harían estremecer a cualquiera un domingo por la tarde.
La película de Kazan, basada en una obra de Tennessee Williams es dulce y violenta, puede sustentar a los personajes irracionales que nos acompañan durante toda la cinta. Blanche esta tratando de salvarse de una existencia vulgar a través de su imaginación enfebrecida, Stanley no piensa mucho, prefiere actuar de una vez, no meditar. Stella, la mujer de este (Kim Hunter) intenta sostener un matrimonio a todas vistas tambaleante. Un Brando desconocido saltó a la fama con este film que ya había interpretado en el teatro. La curiosa y extraña relación con la extraña y curiosa Blanche, y su violento cuñado te dejara pegado a la pantalla, sin poder movilizarte.
En “Todo sobre mi madre” de Pedro Almodóvar, el director español homenajea este film con una de sus actrices mas representativas: Marisa Paredes.
Vivien Leigh me gusta más en «Lo que el viento se llevo» solo porque allí luce realmente hermosa, sin embargo lo patética de su imagen en esta cinta de Kazan, es una muestra de su enorme talento, que no lo digo yo, lo dice el tiempo que no la deja envejecer.
Calificación: 10/10
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