Ricardo Canaán, es un artista plástico con 25 años y apasionado por la pintura desde niño. Figurines, acuarelas, y plastilinas eran los regalos que pedía. Expresa que nunca sus padres le compraron un pincel, y no por falta de recursos, sino que él escuchó que se hacían de cabellos, lo que originó que se arrancase los de él y creara sus propias brochas.
“El quehacer plástico es mi pasión, un camino donde me relajo y dreno energía. Para mí es uno de los oficios que compone mi todo humano”, acota el también licenciado en Comunicación Social.
Sin tener ninguna formación en el área plástica Canaán se ha destacado como uno de los pintores marabinos que hacen de sus cuadros retratos vivos de la realidad. Su exposición más reciente se llamó “Variaciones Plásticas” y fue exhibida en la Red de Galerías de Maracaibo.
Para el pintor Freddy Gudiño, Canaán es una evidencia de como las artes en el Zulia acoge un nuevo pensamiento que busca la innovación y vanguardia dentro de sus propuestas estéticas. “La juventud tiene en sus manos el estandarte para emplear un estilo fresco, ameno y trascendental de hacer cultura en esta provincia”, señala Gudiño.
Devoción
Jesse Castro percibe la necesidad de romper con los paradigmas donde se subestima y menosprecia el trabajo realizado por los nuevos artistas. “Uno de los anhelos más deseado por los jóvenes es el ejercicio de la creatividad. Una de las formas de actuación que más entusiasmo suscita, es el reconocimiento a la labor. Cuando se dan estas dos circunstancias, el muchacho no trabaja, disfruta. De ahí que el arte, pese a sus dificultades, para quien lo descubre y se entrega a él, llega a constituir un verdadero veneno que le comunica una afición tal que alcanza casi a la adicción”, señala el más joven de los directores del teatro regional.
La actriz Anya Velásquez, es una muestra de ello. La histrión ha hecho del teatro un mundo donde explora diferentes sentimientos, teniendo la oportunidad de jugar a interpretar personajes que siempre le han dejado un aprendizaje. La joven intérprete se cobija en la trillada frase: “lo hago por amor al arte”, para describir su compromiso con esta manifestación escénica.
“Hoy me reconocen por mi trabajo teatral. He tenido la oportunidad de participar desde el 2006 en más de ocho obras de teatro. Por eso mi familia, amigos y gente del medio me respeta y apoya”, dice Velásquez, ilusionada.
La comediante zuliana comenta que desde su acercamiento al teatro su percepción de la vida cambió. “Como ser humano me he sensibilizado hacia la música, la pintura y la danza. Estas me han ayudado a tener otra visión de mundo y sobretodo a valorar al otro. Hoy soy devota de lo que practico a diario”, añade.
En la actualidad los jóvenes son los responsables de hacer de la cultura un movimiento trascendental en el Zulia. Ellos son los garantes del estatus que tiene, hoy día, el arte en la región zuliana, expresa Arnaldo Pirela, director general del Teatro Baralt.
Maracaibo cuna de artistas
“El cine no es mi pasión, pero no está muy cerca de serlo”; son las palabras de Blanca Vanessa Núñez, cineasta por convicción, egresada de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Zulia (LUZ) y actriz del grupo de teatro Acción Creativa. Ambas profesiones las fusiona para disfrutar del éxito.
Su carrera le ha permitido viajar al exterior para especializarse en el área audiovisual. Naciones como Cuba y Colombia han sido visitadas por la artista, donde recibió formación en la dirección de actores y en cine documental.
Para Núñez, uno de los logros más importantes como cineasta fue el auge de su documental Etapontok Ro Etomo (La lucha continúa) realizado en el 2006, el cual exponía la historia de la Kueka Abuela, una de las dos piedras sagradas para los pemones, indígenas habitantes de la Gran Sabana. “Este trabajo fue mi tesis de grado y dio de qué hablar. Hasta se tomaron medidas políticas en materia de derechos culturales por el tema que planteé”.
Los jóvenes ofrecen sus aportes a la importancia del arte como hecho social, y fomentan la secuencia evolutiva del alma del propio pueblo que representan, según cuenta el actor y titiritero José Molero.
“Todo un conglomerado de creadores emergentes habitan en el puerto Marabino, haciendo gala de un legado artístico propio del gentilicio de estas tierras”, apunta Molero.
Encantador de imágenes
Federman Parra a los 11 años ya ejercía lo que en el futuro sería su oficio: la fotografía. ¿El escenario? Reuniones familiares y viajes eran las ocasiones para que el cazador de imagen se robara la realidad de una época, de un lugar.
1998 fue el año testigo del surgimiento de este joven capturador en la Escuela de Fotografía Julio Vengoechea, su espacio de formación, desde donde vio, entre otras cosas, la destrucción del Paseo Ciencia.
Una de las herramientas que ha contribuido al desarrollo de las propuestas visuales de este artista es la literatura. “Todo mi trabajo se basa en la poesía”, comenta Parra, el cual estudió Letras en la Universidad del Zulia.
El encantador de imágenes, fiel creyente y practicante del arte conceptual hace de sus retratos instalaciones perfectas para la intervención de sus cómplices: escritores, fotógrafos, actores, bailarines, cineastas, políticos y el cotidiano maracaibero.
Laura Jara: “La danza me libera”
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Ensamble Catatumbo: acervo de la música venezolana
Este cuarteto musical conformado por Andrés Duque, Luís Alfredo Zambrano, Christopher y Jordán Núñez a su corta edad se arriesga a abordar la música venezolana desde una perspectiva innovadora y moderna, colocándole su sello juvenil.
Con Cuatro, maracas, violín, contrabajo y bajo eléctrico los intérpretes más jóvenes de la Orquesta Filarmónica de Maracaibo suben a los escenarios para demostrar su talento.
Duque (violín) narró que la música es para que el artista exprese sentimientos a través de sus instrumentos. Por su parte Luís Alfredo Zambrano (cuatro) señaló: “Cada día se aprenden cosas nuevas. Por eso: ¡viva nuestro ensamble!, que rescata el acervo de la música venezolana y la transforma a su estilo propio”.
Los actores, bailarines, músicos, pintores, cineastas y fotógrafos que están surgiendo en la región, poseen la constancia y el talento para ser los multiplicadores del trabajo cultural que en el estado Zulia se desarrolla, así lo manifiesta Mary Franco, profesora de Gestión Cultural de la Facultad Experimental de Arte de la Universidad del Zulia (LUZ).
Dentro de diez años, afirma la gerente, las artes escénicas florecerán, gracias a la labor de sensibilización que estos muchachos vienen realizando. Franco augura un futuro lleno de éxitos para las diversas expresiones de creación. “Por fin lograremos una mayor participación ciudadana. Si la acción artística –cultural depende de estos grandes artistas, cuenten con que se consolidará”, reapunta.
Maracaibo apuesta por sus artistas jóvenes. Enhorabuena.
Prensa Correo Cultural
Ramón González/ Pasante