Muchos analistas literarios aseguran que es más fácil pasar de ser novelista a hacer periodismo, que hacer periodismo y posteriormente escribir novelas. García Márquez, por ejemplo, hizo los dos oficios casi simultáneamente y en los dos alcanzó enormes éxitos. Fernando Quiroz se inició como periodista y luego se fue metiendo poco a poco a la literatura. Juan Manuel Ruiz estuve sumergido durante muchos en el periodismo radial y cuando vio que había logrado suficiente madurez en su profesión, hizo sus primeros pinitos con dos novelas que publicó Ediciones Aurora.
Ahora lo hace con Ediciones B y, ojalá no nos equivoquemos, con Tormenta en el Mississipi que será una de las novelas más leídas en la Feria del Libro de Bogotá que abre sus puertas el próximo 4 de Mayo.
Todo empieza con Camilo Tovar, un actor exitoso en la televisión colombiana y su relación con Milena Strauss, una destacada y hermosa presentadora, también de televisión, felizmente casada con un hombre a quien ama con toda su alma y de quien tiene gemelos que son su luz cotidiana. Un día, estando en Miami, salen a caminar por sus calles y “sin querer queriendo” Camilo le propone ir a Nueva Orleáns “a escondidas”, aunque ella le dice que no quiere nada con él, pues ama profundamente a su marido y le será fiel hasta el final de sus días. Pero aún así, por las noches salen a caminar, van a algunos bares y en uno de ellos conocen a Oxana, una hermosísima bailarina que danza desnuda. Cuando termina su espectáculo, la invitan a la barra a tomar cerveza y de allí nace una buena amistad.
Oxana los invita a su casa en donde Milena y Camilo conocen a los dos pequeños que ella cuida de día, mientras escuchan que el huracán “Katrina” se acerca peligrosamente a la ciudad y alertan a sus habitantes para que abandonen la ciudad…Milena y Camilo no lo hacen…
– Cuál fue la idea inicial para empezar a escribir la novela.
– Quería continuar con la vida de Camilo Tovar, que nació en mi anterior novela Ciudad adrenalina… Para ello, tenía otras ciudades a las que no había podido evocar como yo quería en esa novela, y me decidí a hacerlo en Tormenta en el Mississippi. Siento una enorme devoción por Nueva Orleans. Entonces, uní ese elemento con los otros, por ejemplo, de tipo erótico-trágico que siempre había querido desarrollar. Y me inventé el trasfondo, la trasescena, para darles vida a los personajes.
– Estuvo en Nueva Orleans ¿ “cubriendo la noticia como periodista”?
– No, estuve poco antes de la tragedia del “Katrina”. Recorrí sus calles, disfruté su gastronomía, su música, su locura, su belleza. Quedé un poco embrujado con la ciudad y prometí que algún día escribiría acerca de ella. Luego vino el huracán y muchas cosas cambiaron. Ahí empecé a fraguar la novela.
– ¿Qué tanto de autobiográfica es la novela? ¿Podemos darle un porcentaje?
– Cada novela tiene algo de uno; tú, como buen escritor, lo sabes bien. Pero no es mi autobiografía, por lo cual no podría dar un porcentaje. Ya quisiera yo tener una vida tan intensa como la de Camilo, con las vivencias que tuvo en Ciudad adrenalina y con las que ahora tuvo en Tormenta en el Mississippi.
– ¿Podemos decir que el actor Camilo Tovar podría ser Juan Camilo Tovar Ruiz?
– Más bien yo quisiera decir que el actor Camilo Tovar es alguien que en cierta medida Juan Manuel Ruiz quisiera ser. Acuérdate que uno no solo escribe de sus vivencias, sino también de sus fantasías.
– ¿Milena Strauss aún está vigente en la televisión colombiana?
– Claro que sí, Milena es una y todas a la vez. Las divas, como dijo Liz Taylor, no dejan de ser famosas ni un solo día de su vida…
– ¿Pensó varias veces en darle a la novela ese final o salió en el primer impulso?
– Salió en el primer impulso…Creo que los propios personajes fueron conduciéndome hasta ese final, que ni yo mismo lo esperaba…
– ¿Cree que la mejor escena erótica es la de Oxana-Milena-Camilo?
– No podría decirlo. Le corresponde al lector. Personalmente me quedo con otras, más íntimas si se quiere, más intensas…
– ¿Cuántos Ramones Borreros hay en nuestro medio periodístico?
– Creo que ha habido varios, y a varios los han matado. La vida de Ramón Borrero daría para otra novela…
– ¿Cómo lograr meter tantos personajes y no equivocar al lector?
– En el mundo frenético en el que vivimos, estamos ya acostumbrados a recibir muchos datos de mucha gente sin que la mente se confunda. Eso da una idea de la avalancha de información que tenemos acerca de nuestro entorno. Traté de ser cuidadoso de que la confusión no fuera mayor…
– ¿Aún guarda el aroma de Oxana en el alma o ese aroma se queda en la novela?
– ¡Qué bella pregunta! Siento ese aroma todavía, de vez en cuando me persigue y no me deja dormir. Por eso, alguien podría decir que la novela, muy en el fondo, es más un homenaje a Oxana que a los otros personajes. Por eso la puse allí con todas las descripciones posibles.
– ¿La novela continúa siendo suya o partir de ahora es del lector?
– Creo que es enteramente del lector. Ya no me pertenece, como lo han dicho Cortázar y Estanislao Zuleta. Ya no tengo que ver con ella. Tengo que preocuparme ahora por la suerte de Milena, de Oxana, de Camilo…
– ¿Por qué su novela tendrá amplia recordación en el lector?
– Eso sería magnifico: que la novela fuera recordada por el lector, y no puedo saberlo. Me gustaría pensar que así será por la carga intimista y humana con la que fue escrita, o por lo menos porque tuvo esa intencionalidad…
– ¿Satisfecho con la propuesta literaria o le quedó el tufillo de darle otro retoque?
– Uno nunca queda satisfecho con lo que hace. Si la vuelvo a leer descubriré sus vacíos y no podré seguir. Más bien, cierro los ojos, le echo la bendición y sigo adelante. Ese es el oficio del escritor.
Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras)